terça-feira, outubro 02, 2007

Che, Cuba e a informação em Portugal

Vi e ouvi hoje na R.T.P.-1 a notícia sobre a
intervenção cirúrgica com que médicos cubanos
recuperaram a vista ao assassino de Che Guevara.
Até aqui tudo bem, dado que já o sabia desde sábado
passado.
O meu espanto surge quando a voz malévola do
funcionário de serviço nos informa sobre a revolta com
que tal acto tinha sido recebido em Cuba.
Sugeria-se assim que, caso os médicos conhecessem
previamente a identidade do sujeito, ou o não tinham
operado, ou, se calhar, até tinham aproveitado a
ocasião para o matar. De cubanos podemos esperar tudo.
De qualquer forma para aquele órgão público de
(des)informação o choque do povo e dos dirigentes
cubanos era a nota de realce.
Fonte da notícia, segundo o dito, a descrição do
sucesso no órgão oficial cubano.
Vejamos então como a notícia foi dada a quente e em
primeira mão pelo Gramna no sábado passado. Ei-la:
“ Che vuelve a ganar otro combate
HÉCTOR ARTURO
Lean bien este nombre: Mario Terán. Mañana nadie lo
recordará, como ya le ocurrió hace cuatro décadas,
cuando lo convirtieron en noticia. Pero ahora solo les
pido que al menos por un instante graben bien este
nombre en las memorias, para que nadie olvide y todos
juzguemos.
El hijo de este señor se presentó en el periódico "El
Deber", de Santa Cruz, en Bolivia, con el ruego de que
publicaran una nota de agradecimiento a los médicos
cubanos que habían devuelto la vista a su anciano
padre, tras intervenirlo quirúrgicamente de cataratas,
mediante la Operación Milagro, un verdadero milagro.
El padre de este boliviano agradecido es Mario Terán.
A los que tenemos más edad, puede que el nombre nos
suene a haberlo escuchado antes. Los jóvenes quizás
jamás hayan oído hablar de él.
Mario Terán fue el suboficial que asesinó al
Comandante Ernesto Che Guevara el 9 de octubre de
1967, en la escuelita de La Higuera.
Al recibir la orden de sus jefes, tuvo que acudir al
alcohol para llenarse de valor y poder cumplirla. Él
mismo narró después a la prensa que temblaba como una
hoja ante aquel hombre a quien en aquel momento vio
"grande, muy grande, enorme".
Che, herido y desarmado, sentado en el piso de tierra
de la humilde escuelita, lo observó vacilante y
temeroso, y tuvo todo el coraje que le faltaba a su
asesino para abrirse la raída camisa verdeolivo,
descubrirse el pecho y gritarle: "No tiembles más y
dispara aquí, que vas a matar a un hombre "
El suboficial Mario Terán, cumpliendo órdenes de los
generales René Barrientos y Alfredo Ovando, de la Casa
Blanca y de la CIA, disparó sin saber que las heridas
mortales abrían huecos junto a aquel corazón para que
continuara marcando la hora de los hornos.
Che ni siquiera cerró sus ojos después de muerto, para
seguir acusando a su asesino.
Mario Terán, ahora, no tuvo que pagar un solo centavo
por haber sido operado de cataratas por médicos
cubanos en un hospital donado por Cuba e inaugurado
por el presidente Evo Morales, en Santa Cruz.
Anciano ya, podrá volver a apreciar los colores del
cielo y de la selva, disfrutar la sonrisa de sus
nietos y presenciar partidos de fútbol. Pero
seguramente jamás será capaz de ver la diferencia
entre las ideas que lo llevaron a asesinar a un hombre
a sangre fría y las de este hombre, que ordenaba a los
médicos de su guerrilla que atendieran por igual a sus
compañeros de armas que a los soldados enemigos
heridos, como siempre lo hicieron en Bolivia, al igual
que antes lo había hecho en las montañas de la Sierra
Maestra, por órdenes estrictas del Comandante en Jefe
Fidel Castro.
Recuerden bien este nombre: Mario Terán, un hombre
educado en la idea de matar que vuelve a ver gracias a
los médicos seguidores de las ideas de su víctima.
A cuatro décadas de que Mario Terán intentara con su
crimen destruir un sueño y una idea, Che vuelve a
ganar otro combate. Y continúa en campaña.”
Onde é que está a revolta? Onde é que está a
indignação?
Se as ordens são para denegrir Cuba – os motivos do
Império e dos seus acólitos são evidentes – e se Cuba
tem tantos aspectos negativos, porque inventar outros
no exercício da sua obediência?
Será hábito? Será tique?
De certeza certa é que se pelos nossos livres órgãos
de comunicação social podem andar muitos jornalistas,
também e em muito maior número (pelo menos ao nível de
direcção) andam vigaristas profissionais com carteira
de jornalista.